Viviendas Originales de Benalúa (10) - Alberola 16-18-20

lunes, 19 de noviembre de 2007

Hace unas semanas una vecina me alertó de que estaban demoliendo unas viviendas en la Calle Alberola. Corriendo fui a buscarlas, pero no las localicé. Cuando volví a hablar con ella, me las mostró desde su balcón, y entonces, pude comprender porqué no lo había visto.

Se trataba de una demolición "silenciosa" con un proceso de desmontaje de todos los elementos que se pudieran recuperar para revender posteriormente.

Las vigas de madera centenarias son un bien muy preciado. Con ellas se hacen vallados, decoraciones y restauraciones. Se venden de segunda mano y después lucen con todo su esplendor en chalets y fincas privadas, aunque alguna vez también las compran tiendas y restaurantes para ambientar. Su madera, secada durante años, es realmente resistente y a prueba de ataques de insectos, hongos y humedades. Al menos, el reciclaje y la reutilización permitirán a estas viviendas de Benalúa mantenerse de algún modo vivas en otros lugares.

Lamentablemente, este proceso es irreversible e imparable (ninguna vivienda está protegida en el catálogo municipal, puesto que no les interesan para nada), ya que cuando alguien vende una de estas casas, las vende para conseguir dinero y una vivienda mejor, sin problemas de humedad, frío... y suele pesar mucho más la economía que el cariño y los recuerdos. Además, la operación de reforma de una casa como estas para adecuarla es muy viable, pero no todo el mundo puede costeársela.
Eso sí, puedo constatar que más de 120 años después, las casas no presentan ni el más mínimo problema estructural o constructivo, que tras esas gruesas paredes nadie puede pasar frío si instala unas buenas ventanas, y que como hemos visto en todos los casos analizados, una sencilla reforma puede darle décadas de nueva vida a estas casas.

Hasta hace poco, fue uno de los últimos conjuntos contínuos de las primeras viviendas del barrio, que nos podía ayudar a imaginar cómo fue Benalúa hasta que el desarrollismo hincó el diente en el barrio.

Pues bien, hoy ya se puede considerar que están derribadas, así que vamos a darles un último homenaje por haber estado levantadas 123 años, por haber albergado a generaciones de benaluenses, y sobretodo, por haber desaparecido en medio del olvido y el vacío que tanto le gusta al Ayuntamiento de Alicante.
Os invitamos a todos a que paséis frente a ellas y veáis sus ruinas por última vez, antes de que levanten un gran edificio en su lugar...
Podréis reflexionar sobre el sentido que tiene este tipo de actuaciones, que nos conducen al olvido del pasado y a la construcción de una realidad sin sustrato ni valores que resistan a los embites del poderoso caballero don dinero.

El número 16 era una vivienda sobreelevada 1 altura, pero conservaba perfectamente la composición original de huecos. El piso superior tenía unas ventanas más pequeñas (no de suelo a techo como el resto), y se distinguía muy bien la "junta" donde creció la nueva altura. Las ventanas conservaban las carpinterías originales de madera, así como las persianas exteriores. De nuevo, nos encontramos ante un caso atípico con pequeños balcones en las 3 ventanas. En la planta baja se había instalado un taller de vehículos aprovechando la puerta ancha, pero la ventana y la puerta de acceso lateral se conservaron igual que se crearon hace más de 100 años.

Imágenes y detalles de la vivienda sobreelevada. Puertas, ventanas, rejerías... todo permanecía conservado como en sus inicios.

El número 18 era hasta hace poco tiempo una popular tienda del barrio donde se vendían pantalones vaqueros. La planta baja había sido revestida para resaltar la tienda, y la ventana lateral se había ampliado para que entrara más luz. La puerta de acceso también había sido modificada, por lo que en su fachada residía todo el interés en su planta superior, donde las tres ventanas tenían un pequeño balcón y todas conservaban sus carpinterías de madera originales.

Una pequeña tienda es muy difícil que no sucumba ante un cheque con muchos ceros firmado por un constructor...

El número 20 también había revestido su planta baja para adecentarla, aunque de una manera un tanto desafortunada por modificar la fachada con bloques de hormigón vistos al exterior. Sin embargo, de las viviendas que hemos analizado, es de las que tenían mejor conservadas sus carpinterías: todas íntegras (salvo una hoja de la puerta central), pintadas del mismo color, cuidadas, con todos sus cristales...
Tenemos que añadir que esta vivienda guardaba mucha historia en su interior, ya que en sus bajos se alojó el Teatro Campoamor de 1901, del que os contamos su historia aquí.
En la planta superior podemos ver que se trata del modelo más frecuente: un único balcón central en el dormitorio principal, y unas barandillas de apoyo en el resto de ventanas.


Los tragaluces sobre la puerta son de gran belleza. El comercio que se instaló en la planta baja cambió una hoja para crear una puerta adaptada a sus necesidades y por la que entrara más luz, pero aún así no optó por retirar el resto y sustituirla por una de aluminio como ha sucedido en otros casos.

Puedes ver el interior de estas viviendas en la visita que pudimos realizar aquí.

Puedes localizar dónde estaban estas viviendas en nuestro Mapa de Panoramio: número 20, número 18, número 16

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9 comentarios:

Rubén Bodewig dijo...

Y mañana pondré la visita a su interior...
chan chaaaaaananananannnnnnnnn

Anónimo dijo...

Creo que alguna vez os lo he dicho, pero Benalúa y sus casitas bajas se parece mucho al Barrio de Gràcia en Barcelona.

No os imagináis el celo con el que los granciencs defienden su vila.

¿Para cuándo un plan de conservación?

¿Para cuando sea demasiado tarde?

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón, Alfredo, y aunque comprenda que el crecimiento y la economía de los propietarios invita a modificar las casas del barrio, no van a conseguir que nos callemos. Las viviendas originales son una nueva muestra del legado de Guardiola!!!
Hablas de un plan de conservación. Es una lástima porque como bien dice Rubén, las viviendas originales de Benalúa ni están protegidas, ni están en ningún plan de cpnservación, ni nada por el estilo. Para nosotros (y para muchos alicantinos que las conocen y las valoran) son un patrimonio que no tiene precio, pero para nuestro Ayuntamiento son, simplemente, casas del Monopoly.
Por lo menos, van a quedar registradas para gloria de la ciudad y para vergüenza de muchos.

Anónimo dijo...

Sí, seguramente la esperanza de conservación que les queda son las fotografías que vosotros hacéis, y las historias que nos contáis.

Es curioso porque el precio de una casita baja en Gràcia es de locos. Mucho más de lo que cuesta un piso en el mismo barrio, os lo aseguro.

La gente no vende porque quiere mantener calidad de vida.

¿Y la AV de Benalúa? ¿qué dice al respecto?

Rubén Bodewig dijo...

La AAVV en este tema sólo puede conseguir levantar carcajadas en el Ayuntamiento... es así de triste.

Yo confío en que haya al menos 4 o 5 talibanes de estas viviendas que, como en el barrio de Gràcia, no cedan nunca y sean el auténtico "plan de conservación".
Aunque también protegería muchas de otros barrios (Carolinas, El Plà, La Florida, San Blas, Altozano, Los Ángeles, San Antón...) Estas viviendas son realmente especiales. Como dije, se consideran la primera promoción de casas baratas de España. Se podría decir que "son las primeras VPO" del país. Dato que nadie tiene en cuenta, y con mucho valor social e histórico, en el momento en que cayeron las murallas, se trazaron los ensanches y se dio cobijo a las familias que no eran ricas para que pudieran progresar fuera de infraviviendas en los arrabales.
Su valor reside tanto en su arquitectura como en su patromonio humano.

Anónimo dijo...

Desde luego, Rubén. Caen las casas y cae un trozo del patrimonio humano de la ciudad.

Virginia R. dijo...

Mis abuelos vivían en el 16. Inicialmente en la planta baja y posteriormente, cuando construyeron la planta de arriba, se trasladaron a ella. Mis padre pasó su infancia ahí y, en buena parte, yo también por lo que se trata de una casa a la que siempre tuve aprecio. Lamenté muchísimo su demolición. Eran pisos con mucho encanto. La planta de abajo tenía suelo de "ajedrez" aunque no llegué a visitarla nunca. La planta en la que vivían mis abuelos tenía las habitaciones en dos alturas, techos altos, bañera... Acogedora como pocas.
Sin duda, los pisos actuales, por muy modernas que sean, no tendrán ese "aquél" que tenían las antiguas construcciones.

Saludos de esta Benaluense.

Ernesto Martín Martínez dijo...

Virginia, qué agridulces recuerdos nos transmites... Si tienes imágenes de tus abuelos o de la casa donde vivían, puedes compartirlas con nosotros, por aquí, a tioernes@gmail.com o cada segundo martes de cada mes en el Taller Tumbao (Guardiola, 31), donde comentamos fotografías antiguas y modernas del barrio con los vecinos en una tertulia apasionante.

Virginia R. dijo...

Encantada estaré de asistir. Mis abuelos eran del barrio de toda la vida. Quizá haya escuchado hablar de Marita y Pepe. Pues ellos eran. Si puedo me paso un día y comentamos...

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