En la década que transcurrió entre 1880 y 1890, Pardo Gimeno ostentó el cargo de Ayudante de Obras Públicas.

De exaltada imaginación y decidido emprendedor, propuso a través de la empresa alicantina la idea de que la ciudad no podía por más tiempo seguir aprisionada entre las muralles que la oprimían. Sugirió que tenía que expandirse hacia zonas abiertas, "donde la luz del sol y el buen aire de la ciudad lo pudieran gozar los alicantinos plenamente".
Recogida esta propuesta por los emprendedores de la ciudad, fue él mismo quien proyectó la constitución de la "Sociedad de los Diez Amigos", consiguiendo con esto iniciar la expansión urbanística alicantina, por delante del trazado del Ensanche.

Los trabajos de este hombre fueron vitales para el asentamiento de las 208 familias que configuraron el nuevo barrio de Benalúa. Contribuyó con los planos, la memoria, la confección del presupuesto, la dirección de la obra, el trazado del tranvía urbano...

Gracias a él, y en colaboración estrecha con el Marqués de Benalúa, en 1881 pudieron traerse las Aguas de la Alcoraya hasta Alicante, resolviendo el galopante problema de la falta de abastecimiento del líquido elemento.

Pardo Gimeno fue Caballero de la Real Orden Americana de Isabel la Católica y Socio del Instituto Científico Europeo.

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