Los inicios de Benalúa (1)

sábado, 30 de junio de 2007


Corría el final del siglo XIX, cuando en Alicante se produjeron las mayores transformaciones de su historia. Cuando la ciudad dejó de ser Plaza Fuerte en 1858 (recinto militarizado defensivo con murallas), se produjo la revolucionaria llegada del ferrocarril. España comenzaba a vertebrarse por tren lentamente, y la primera ciudad costera en estar conectada con la capital fue Alicante, ya que el trayecto del tren hasta aquí era el menos complicado por la orografía y la nuestras era la opción que facilitaba mejor las comunicaciones y el comercio (recordemos que el Puerto de Alicante era de los más grandes de nuestra costa mediterránea).
Cuando el tren rompía las barreras que habían encorsetado y densificado alarmantemente la ciudad, se producía esta victoria social para acabar con las condiciones precarias casi "medievales" que se habían prolongado en la ciudad hasta bien entrado el siglo XIX.
La suma de factores de la llegada del ferrocarril, la expansión del puerto, el derribo de las murallas, y sobre todo, la masificación que existía en la ciudad a intramuros, conllevó una necesidad de un crecimiento urbano planificado.
Mientras se producían varias propuestas y planos (1873 y 1881 anteproyectos, 1888 proyecto definitivo) entre el Arquitecto Guardiola Picó y González Altés para organizar el ensanche de la ciudad, al igual que sucedía en muchas ciudades de España en este momento como Barcelona, Madrid, San Sebastián... un grupo de visionarios inversores (la Sociedad de los Diez Amigos), adquirió unos terrenos lejanos al centro para satisfacer la demanda de viviendas para la clase media acomodada (la clase burguesa ya tenía sus palacetes por la zona de la Calle San Fernando) y planearon levantar un barrio de viviendas, adelantándose al Ensanche (1884), y quedando posteriormente incluido en su trazado definitivo.
Escogieron una plataforma estratégica, en la que por sus condiciones orográficas, se datan asentamientos desde la época romana. Se trataba de una pequeña meseta de pendiente suave, ubicada cerca del mar, y bordeada por el Barranco de San Blas (que descendía por el actual paseo de Óscar Esplá) y el barranco que bajaba por Santa María Mazzarello. Al estar elevado, el barrio no corría peligro de inundaciones.
La única conexón por carretera era el camino de Elche, que partía desde el Portal de Elche (antigua puerta de las murallas), continuaba por la calle San Francisco, por la actual Maisonnave, y tras sortear con un puente el barranco de San Blas, continuaba por la actual Avenida de Aguilera, Fernando Madroñal y conectar (a la altura de la rotonda del centro comercial Puerta de Alicante) con el "Camino Viejo de Elche".
Esta era la única conexión con la carretera, el resto de calles, acababan en los barrancos que rodeaban el barrio, sin continuidad con la ciudad durante muchos años.
Sin embargo, al estar tan alejado y desvinculado de la ciudad (imaginemos todo el ensanche vacío, y que la última vivienda construida estaría antes de Cortefiel...) tuvo que recurrirse a una de las líneas más exitosas del tranvía, que conectaba el centro de la ciudad con el nuevo barrio, (no eran muy corriente tener coche entonces...) permitiendo que la gente se animara a ir a vivir allí.
Este nuevo barrio tuvo mucho éxito entre los empresarios y trabajadores de buen nivel adquisitivo, así como las profesiones liberales. La clase media permaneción en la ciudad antigua y los arrabales, y la clase alta burguesa se dispersó entre el frente marítimo, Plá-Carolinas y las viviendas señoriales de la zona de las huertas junto a la Carretera de Valencia.
Un proyecto como el Barrio de Benalúa, de iniciativa privada y muy bien diseñado, tuvo un gran éxito de aceptación. Sin embargo, un proyecto irregular como el Ensanche, tuvo una difícil asimilación en la ciudad y durante muchos años permaneció como un intento frustrado y desafortunado, destinado a industrias y almacenes.

Continúa en Los inicios de Benalúa (II)

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3 comentarios:

Ernesto Martín Martínez dijo...

Enhorabuena, Rubén!!! Te has estrenado por la puerta grande. Genial artículo y asombrosas imágenes!!!
(Que nos acaban de desvelar,por cierto, que la "casa de los gatos" era una escuela)

Rubén Bodewig dijo...

bueno, al menos eso es lo que creía yo cuando hice los dibujos...
los dibujos a color son unas de mis primeras prácticas de urbanismo de la uni...
el plano en blanco y negro sí que es original

Ernesto Martín Martínez dijo...

Una maravilla tus dibujos a color, compañero!!!

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